SANTIAGO, EL APOSTOL, EL CAMINO, EL JUBILEO Y LA CATEDRAL

Pincha una sola vez en la imagen para verla ampliada.

La Catedral de Santiago de Compostela es un templo punto de referencia de nuestra historia y conocido mundialmente por toda la cristiandad. Lo primero que llama la atención del visitante, es la enorme mole de piedra, su altura, sus escalinatas y, sobre todo, su color negruzco fruto de la humedad por las constantes lluvias.
Allí está enterrado, eso dice la tradición, el Apóstol Santiago y ese hecho hace que los fieles peregrinen hasta allí desde la Edad Media a nuestros días, partiendo de cualquier punto principalmente de Europa y los hay que hasta de otras partes del Mundo vienen, y realizan el 'famoso Camino de Santiago'. 
Un privilegio concedido en 1.122 por el papa Calixto II que declaró que serían «Año Santo» o «Año Jubilar» en Compostela todos los años en que el día 25 de julio, día de Santiago, coincidieran en domingo; este privilegio fue confirmado por el papa Alejandro III en su bula 'Regis aeterni en el año de 1.179'.
En la actualidad, la Catedral está declarada como: "Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad".

"Campus Stelae" "Campos de estrellas" "Compostela" es toda una filosofía romántica que dice que el Santo eligió ese lugar guiado por la estela de la Vía Láctea.
Los reinos cristianos de la Península acogieron como propios la peregrinación y la fe que emanaban de Santiago, siendo el lema: "Santiago y cierra España" un grito de guerra y de unión cristiana.
Desde el siglo primero, fecha del apostolado de Santiago el Mayor hasta el noveno que se erige la primera capilla ordenada construir por Alfonso II de Asturias, pero no se consolidan los peregrinajes.
Es más tarde, cuando esta capilla creció y se convirtió en una primera iglesia en el año 829 y posteriormente por una iglesia pre-románica el 899, construida por orden del rey asturiano Alfonso III.
Lamentablemente en el año 997 esta iglesia primitiva fue reducida a cenizas por Almanzor, comandante del ejército del califa de Córdoba. Las puertas y las campanas de la iglesia, portadas a hombros por cautivos cristianos hasta Córdoba, se añadieron a la mezquita aljama. Cuando Córdoba fue tomada por el rey Fernando III de Castilla en el año 1.236, estas mismas puertas y campanas fueron transportadas por prisioneros musulmanes a Toledo, y se incluyeron en la Catedral de Santa María de Toledo.

La construcción de la actual catedral se inició en 1.075 bajo el reinado de Alfonso VI. Fue construida según el mismo plano que la iglesia de ladrillo monástica de San Sernín de Toulouse, probablemente el mayor edificio románico de Francia. El templo fue construido fundamentalmente en granito. La construcción se detuvo en distintas ocasiones y, según el Liber Sancti Iacobi, la última piedra fue colocada en 1.122 y la catedral fue consagrada en 1.128.

Según el 'Codex Calixtinus', del que hemos oído hablar mucho por su robo y posterior recuperación en 2.012, la finalización data de 1.211 fecha de su consagración. 
La catedral fue embellecida y ampliada entre los siglos XVI y XVIII.