Un hombre entra a un bar, que estaba totalmente vacío de clientes, y pide una cerveza.
El camarero le dice: - Espere al menos 10 minutos que tengo el bar lleno de gente.
El hombre se extraña ya que no hay nadie allí excepto él mismo y el camarero. Decide sentarse a esperar ese tiempo. A los 15 minutos, vuelve a pedir la cerveza. - Me puede poner ya la cerveza, por favor.
- No ve cómo estoy de faena, tenga paciencia ya le avisaré yo.
El hombre, mosqueado, coge un servilletero de plástico y se lo tira a la espalda del camarero, éste, se vuelve y le dice:
- Pero por qué me agrede, hombre, tenga paciencia, no ve la gente que hay.
- Si, ¡reusulta que voy a ser yo el que le ha tirado el artilugio!, ¿no? con el bar lleno de gente.
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