Los ''detectores de metales'' son unos aparatos que se han puesto de moda y gracias a ellos se están sacando a la superficie objetos metálicos enterrados, algunos incluso, muy antiguos. El invento se localiza en los EEUU y el inventor fue, Alexander Graham Bell en el año 1881. Se utilizó por primer vez para localizar una bala incrustada en el interior del cuerpo del entonces presidente James Garfield. Técnicamente el detector de metales tiene tres fases la primera la fase de emisión que genera la corriente eléctrica que crea el campo electromagnético; la otras dos fases se encuentran en la bobina, que está en el plato o cabeza detectora que es la que acercamos al suelo dónde se generan dos campos el de emisión y recepción de la corriente y dónde se percibe el metal enterrado, que mediante una señal vibratoria o de sonido nos avisa del hallazgo y el aumento de la intensidad de sonido y vibración nos indica la cercanía del objeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario