París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe) es un tópico cultural1 originado en una frase, probablemente apócrifa,2 atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar (su ordinal como rey es Enrique IV). Desde entonces viene utilizándose con el sentido de la conveniencia de establecer prioridades: es útil renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener lo que realmente se desea. También en el sentido de afear la falta de sinceridad o de convicciones, o de representar la tolerancia o el indiferentismo, especialmente en cuestiones religiosas. Un tema político coincidente en la época es el denominado "maquiavelismo" o "razón de Estado", habitualmente puesto en comparación con la actitud "quijotesca" que se presenta como característica de la contemporánea Monarquía Hispánica de Felipe II (a quien se atribuye la frase prefiero perder mis Estados a gobernar sobre herejes).3 No obstante, también se considera que el modelo de Maquiavelo para El Príncipe fue Fernando el Católico;4 y no menos característicos fueron los cambios de orientación política de Carlos V (idea de Imperio de Carlos V). WIKIPEDIA.
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