Se trata de un personaje, tal vez muy poco conocido fuera de Almería por dos razones: una, que es un autor lejano en el tiempo, dos, que fue humilde y no tuvo la promoción debida.
Pero si os cuento que lo que suena en el carillón del Ayuntamiento de Almería cuando da las horas es suyo y que compuso: cuplés (La canastera), (la babuchera) (la buñolera gitana), (el romeral) y así hasta un centenar, pues ya cambiamos de registro y comenzamos a darle la importancia debida.
Entiendo la música como creación y para componer una buena canción se tienen que unir necesariamente la creatividad y la inteligencia, después le podemos llamar arte, ingenio, lo que queráis pero el verdadero mérito del músico es ese, expresar y comunicar sus sentimientos a los demás mediante una obra musical, eso es componer y Gaspar lo hizo durante todas las décadas de su vida.
En 1911 estrenaría en Madrid El gitanillo. También estrenaría a comienzos de los años 10 su obra más conocida: el fandanguillo de Almería, a cargo de la bailaora Dora la Cordobesita en su presentación en el Café Nuevo.
Es un personaje del Barrio de Pescadería, un barrio, marinero con gran fuerza expresiva de sus gentes, sus buenas gentes los pescadores y Gaspar es uno de esos productos que encandilaron años más tarde a Juan Goitisolo (vivió y falleció en la plaza de Pavía, tal vez el no salir de Almería le restara la fama debida).
La pescadería, barrio de personajes salidos de historias, de cuentos, como en la actualidad, Tomatito, un gran guitarrista que acompañó a Camarón hasta su muerte y que ahora deleita al mundo desde Japón a New York con sus conciertos.
Gaspar Vivas, subsistió trabajando como subastador en la lonja del pescado.
Los derechos de autor mejorarían la vida de su viuda, que pasó sus últimos años en la calle Clarín de la capital almeriense.
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