Francisco Seisdedos Montoya (curro, para los de su barrio), dedicado al negocio de la chatarra desde hacía varias décadas, consigue amasar una fortuna considerable. Ante tal cúmulo de capital, decide invertir en un chalet de una urbanización de renombre. Consigue comprar un adosado compartiendo parcela con la vivienda de un afamado notario. En la presentación, Curro le dice al notario:
-"Qué casicas má bonicas, páyyoo. Cuando la venda, la venderé por el doble de la suya".
El notario "moscatel" le responde:
-"¿Pero cómo pretende venderla por el doble de su valor, si las viviendas son idénticas?"
Y Curro responde:
-"Pero mi vivienda está al lao de la del notario y la suya al lado de un chatarrero".
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