Sinceramente, me sorprendió Holanda, un país tan bonito, tan civilizado, tan bien puesto en el fútbol con su gran historia, sus enormes jugadores, muy "amigos de España", Monarquía vecina, relacciones excelentes y, para colmo sus mejores peloteros han jugado, juegan y jugarán en nuestra liga. Me sorprendió su cobardía a la hora de competir, lo hicieron con suciedad e infringiendo a todas luces, el reglamento.
Pero mire usted por dónde, hubo justicia. Los holandeses salieron a no dejar jugar a España fuese por el método que fuese y su violencia contra nuestros esquisitos jugadores, permitida por un mal ábitro con nombre de internet, hizo que nuestros jugadores sufrieran el dolor de las patadas.
Con un gran esfuerzo de nuestra selección, digno de los más grandes deportistas, al final se impuso la justicia de un gol histórico, marcado por un chaval que no hace ruido y que deberían ponerlo como ejemplo en las escuelas deportivas de todo el mundo, sobre todo de Holanda.
El triunfo de nuestra selección ha sido contra "los elementos" los vestidos de naranja y el del pito en la boca.
Valga esta foto de "los repartidores de leña más famosos del mundo" para describir a "la Orange" en esta su nefasta actuación en una final que recordaremos por su poca gallardía y antideportividad.
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