El símil es muy didáctico, porque evidentemente, hay distintos tipos de harina y, precisamente se separan para no mezclarlas.
El costal era el recipiente que se emplaba para almacenar sólidos y se adosaba al costado del mulo para su transporte.
El dicho, es popular aún en este Siglo, aunque se emplea cada vez menos, se difundió por todas las naciones de habla hispana y tuvo su origen en la Castilla de los Molinos de Viento.
Aparece este significado en varios escritos de hace más de 6 Siglos y pervive aún, por la gran riqueza de nuestro idioma.
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