Asistimos a una forma de urbanizar, destrozando todo aquello que sea vegetal y apostando por un gran parque en las afueras del pueblo.
Por eso es extraño verle y además bien hermoso, y con sus algarrobas ya formadas.
Así los niños pueden conocer de primera mano un fruto que nos alimentó en la post-guerra.
Pincha una vez en la imagen para ampliar la fotografía.
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