Usamos esta "frase hecha": "Favor con favor se paga", para comunicar que, los favores debidos deben hacerse y resarcirse con otro favor.
Es como llevar "la contabilidad" de favores que nos deben y quienes, para pasarles "la factura", cuando necesitemos algo de ellos.
Su origen es cortesano, castellano y se remonta a la Baja Edad Media, cuando el intercambio era norma y se sellaba con un apretón de manos.
Hay que tener en cuenta que la palabra dada era ley y el reconocimiento de una deuda obligaba a veces a familias enteras.
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