La ciudad, blanca y dorada, el paseo marítimo (al fondo a la derecha), no cabe toda ALMERÍA, pero lo que se ve es armónico y bello.
El blanco, la claridad, los miles de azules que la envuelven y la paz, mucha paz.
La reflexión de denuncia que expongo es entendible, porque si vives en una ciudad como esta, con una calidad de vida excelente y dispones de todo lo bueno que te da el comer bien, la naturaleza, el relax y el clima, no se sostiene que tan ni siquiera te pongan una mala imagen el los telediarios, que no salgas ni en el mapa del tiempo de las respectivas emisoras y que el AVE sea de los últimos en llegar a una ciudad como esta, por el mero hecho de estar en una esquina y los absurdos estereotipos que vienen de la antigüedad.
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