- Uno es Laurence J. Peter y en su libro The Peter Principle, de 1969, nos muestra su razonamiento que lo enuncia en su Principio. El principio de Peter dice que: ''en una empresa, entidad u organización las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad una y otra vez, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia''. Como consecuencia, en la práctica se ha comprobado millones de veces que: La mayoría de los puestos de alta dirección son ocupados por profesionales que no tienen la suficiente cualificación para su desempeñar sus funciones, lo cual conduce a graves errores en las decisiones que toman las personas responsables en muchas organizaciones. Hablando en plata, si te equivocas tan arriba las consecuencias son calamitosas y pueden llevar a una empresa a la ruina.
- El otro es Parkinson y (este "no temblaba" cuando divulgó sus Leyes). Las tres leyes fundamentales de Parkinson son: 1."El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización". 2."Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos". 3."El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda, es inversamente proporcional a su importancia". Estas leyes son corroboradas por la práctica diaria en las empresas y suponen un despilfarro de recursos. En definitiva, se demuestra que se pierde el tiempo en tareas burocráticas de comprobaciones sin sentido, estadísticas inútiles e informes y más informes rizando el rizo. Parkinson formuló otras Leyes, como la ley de la dilación o el arte de perder el tiempo y la ley de la ocupación de los espacios vacíos: por mucho espacio que haya en una oficina siempre hará falta, son leyes extraídas de la realidad cotidiana y como consecuencia,se hace palpable la falta de eficiencia y competitividad en los trabajos administrativos.
En tiempos de crisis, no viene nada mal reflexionar sobre todo esto.
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