Esta frase es una gran verdad ya que en una mano sólo tenemos cinco dedos y la mayoría de las veces, un gran amigo, una persona que vibre con nuestra propia frecuencia y sienta nuestros problemas y metas, es casi imposible de encontrar.
Es realmente difícil, por no decir imposible.
Una cosa es la ''vida social'' la de los conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, pero una persona que haga por tí, desprendidamente lo que sea, ahí ya hemos topado con la Iglesia. Pocos se tirarían al agua para salvarte.
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