Esta frase hecha, se ha traducido a varios idiomas y significa que la educación y las buenas maneras, no están reñidas con el arrojo y la valentía.
Viene a decirnos que es perfectamente compatible, el respeto y la urbanidad con la defensa de lo que consideramos justo y, si hay que tener agallas para defenderlo, se hará con el máximo rigor. Por otra parte se utiliza para señalar en las diferencias cotidianas, que aunque no se esté de acuerdo, no deben perderse las formas.
El origen es de tradición oral y muy extendida durante más de cuatro siglos. Actualmente se emplea de forma popular.
Algunos citan el origen de lo cortés con los cortesanos, cuando existía Corte en los Reinos y abundan en que el aspecto débil del cortesano no era escusa para que este pudiese luchar con un guerrero, al que podía igualar en valentía pese a su aspecto refinado. Con todo el respeto para quienes sostienen ese origen, discrepo totalmente y me inclino por lo que al principio he expuesto.
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