Es una frase irreverente y puede que, por esa causa y al ser España un país de religión católica, la frase no esté computada ni catalogada como un modismo, o "frase hecha".
De hecho, no existe bibliografía alguna, pero seguro la hemos escuchado en infinidad de ocasiones en sentido de queja. Cuando empleamos esta frase y se la decimos a alguien, nos referimos a que esa persona nos está dando la lata en demasía y que no es clara en sus deseos, pues por ejemplo, lo mismo ese alguien nos pide comer y al instante nos dice que ya no tiene hambre. Para volverse locos, vamos
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