Manolo, ¡Ostras!¿Qué te ha pasado en el pié, que lo llevas escayolado?
Jugando el partido de fútbol de los sábados, algún impresentable del la afición rival nos cambió el balón por uno relleno de cemento ya seco.
Uff, ¡Uy!¡cómo te debe haber dolido!
- El pié se pondrá bien supongo, pero, si vieras como ha quedado el que remató de cabeza..
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