Estaba meditando el budista sentado en una piedra en mitad del bosque, cuando de repente se posó un cuervo delante de él con mirada angustiada. Mentalmente le preguntó: ¿Qué te ocurre criatura de Dios?
- No quiero ser cuervo, estoy muy mal visto, quiero ser un ave más colorida y desearía dejar el luto, ¿Podría interceder por mí y convertirme, al menos en un cisne?
Se concentró el Dalai Lama y de pronto apareció el cuervo convertido en cisne en mitad de un lago.
Le preguntó a otro cisne que pasó por su lado: - ¿Seguro que ser cisne te llena de satisfacción?
- Pues no, siempre de blanco, parece que voy hacer la comunión y encerrado en este lago, ¡Ay! si pudiese volar como un ave rapaz, me largaría de aquí.
Se presentó de nuevo el cisne al Dalai Lama y esperó que acabase sus oraciones.
- Dalai, ¿Pensándolo bien, quisiera ser un loro, la cantidad de colores bonitos flipan un montón, podrías?
El cuervo, convertido en loro, habló con un loro de vardad.
- Qué bien, que colores más bonitos lucimos, ¿cómo es tu vida aquí, serás muy dichoso, supongo?
- Y un carajo, siempre metido en una jaula y comiendo alpiste y teniendo que decir tonterías para que se rían los humanos. ¡¡Qué daría yo por ser un ave rapaz, poder volar a mi antojo y largarme de aquí!!
MORALEJA:
Adaptarse a las situaciones personales, te harán feliz. Desear lo de los demás, puede que te arruinen la vida.
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