Cuando se descubrió esta enorme estatua de Ramsés II, intentaron moverla para llevarla a una posible ubicación museística, alejada de su localización original. El monumento no estaba hecho de varios bloques de piedra, sino que era: pásmense ¡¡¡de una sola pieza!!!, así que su peso, calculado en 700 Toneladas, no había grúa que pudiese con el, además de la altura 13 metros, por lo que la incomodidad del transporte era manifiesta.
La solución idónea fue rodear la estatua y construir una nave cerrada a su alrededor.
Parece increíble por otra parte, la perfección simétrica de la cara que no admite casi desviación matemática entre ambas mejillas.
Hoy en día sería muy difícil hacer algo ni tan siquiera parecido, incluso con nuestra tecnología.
Muchas cosas se nos escapan a nuestra inteligencia sobre el antiguo Egipto y el misterio continua y continuará, hasta que se descubran nuevas evidencias.
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