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jueves, 18 de febrero de 2010

El turismo ¡qué gran invento!


Un pescador de Almería, humilde y sabio que conocía las corrientes submarinas de su hábitat, al parecer y por los hechos constatados, más que toda la VI flota norteamerica junta, sabía donde estaban las bombas y el mérito, que dio la vuelta al mundo, es que no eran bombas corrientes, eran bombas ATÓMICAS, que se dice pronto. Suena bonito y es un hecho histórico e identifica al sufridor de a pié, al héroe por un día, nacido del pueblo, con una hazaña de gran valor de esas que no ocurren todos los días.
El humilde nativo, doctorado en la mar era muy sagaz y supo decirle con hechos al imperio del tio Sam: "pero, que tonticos sois, ¿no la veis visto caé? pero ¿esto que e lo que é? Los hechos acaecieron en el cielo de Almería en la mañana del 17 de enero de 1966, cuando en pleno vuelo chocó un bombardero nuclear americano del tipo B-52 con el avión nodriza que le estaba repostando. Trás el endiablado choque en las alturas, las bombas cayeron a la mar. Las fortalezas volantes procedían de la base de Rota.El intrépido Ministro de "Información y Turismo", a la sazón, Don Manuel Fraga Iribarne en un acto de valentía "publicitaria" y para no espantar al turismo, que ya comenzaba a ser nuestra primera industria, se dió un baño histórico en las aguas cercanas a los hechos. El baño se realizó tres meses más tarde para apaciguar la incertidumbre creada.¿Había radiaoactividad en las aguas? parece que no, pues trás 44 años que han pasado desde el suceso, ya hubiese tenido algún síntoma Don Manuel y el hombre está entero, mayor si, pero muy entero y con muy buena cabeza, dicho sea de paso.
"Las bombas de Palomares" que fueron conocidas mundialmente, fueron cuatro y cayeron frente a la costa de Palomares, hasta entonces desconocido pueblo del litoral almeriense.Oficialmente hubo oscurantismo, muy propio de la época, pero con tanto lavado y medición de radioactividad y cuarentena a los parroquianos, que dicho sea de paso, no sabían de que iba aquella movida, al final, no se pudo ocultar y empezó a salir en los periodicos de todo el mundo.Las bombas H se fueron al fondo del mar. Y los norteamericanos, con todo su poderío y todos sus recursos técnicos, radares, sondas y submarinos de bolsillo, no pudieron encontrarlas.
Pero Almería tiene su gente y apareció en escena el "David Bisbal" de turno de los años sesenta del siglo pasado y, encomendándose a la Patrona la Virgencica del Mar, Paco, desde ese momento, "el de la Bomba", actuó y ¡vaya si lo hizo! y fue el gran artífice para rescatarlas del fondo del mar.
En la mañana del 10 de marzo de 1966, Don Manuel Fraga con su bañador Meyba, en compañía del embajador de los Estados Unidos, mister Angier Biddle Duke, decidieron darse un baño en las aguas "contaminadas" ante las cámaras de TVE y del No-Do que dieron fe del acto, Fraga, que para mi no tuvo mérito bañarse en el mes de marzo porque como gallego no debió pasar frio y menos en Almería, cumplió un trámite y el tiempo hizo que se olvidara tan lamentable siniestro, pero quedó ahí, en la historia de nuestra tierra, como una "cagaica caída del cielo", que por suerte no hubo que lamentar.
Por cierto, en mi libro El Recodo del Camino, hago mención a estos sucesos con la ignorancia propia de la época, puesto que los detalles se supieron mucho después:
Pero la memoria sigue en pié.Gracias, Paco el de la bomba, donde quiera que estés.

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