Empleamos esta frase hecha "Libro prestado, perdido o estropeado" para dar a entender que si prestas tus libros puede que ya no vuelvan a tí, y si lo hacen, no estarán en el estado que lo prestaste y evidenciarán un notable deterioro. El símil es muy explícito y corroborado por la práctica de los años.
De hecho, la mayoría de los lectores prefieren tener su propia biblioteca y comprar los libros. Estadísticamente 9 de 10 personas, confiesan que jamás prestarán sus libros y menos, aquellos a los que tengan apego.
La frase es de origen oral, mundialmente extendido, pero poco usado en la actualidad.
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