NO OÍA BIEN

En la consulta del otorrinolaringólogo, se acerca un individuo.

- Mire doctor mi esposa no oye bien y no quiere venir a su consulta.

- Y ¿donde está su esposa?

- Aquí esta el problema doctor, que no quiere venir, que dice que son manías mías, que yo estoy loco, que ella está bien.

- Pero si no me trae a su esposa ¿cómo quiere que le haga un diagnóstico? lo único que se me ocurre es que cuando usted llegue a casa la llama por su nombre y la va llamando mientras se acerca hasta que ella le oiga y cuando ella le conteste, mide la distancia que hay entre usted y ella y así podré saber el grado de sordera que

padece.

El tío llega a casa y nada más abrir la puerta grita: 

LOLA...

silencio.

Pasa al recibidor y vuelve a gritar: LOLA.... nada.

Desde el pasillo de nuevo: LOLA... nada.

Por fin entra en la cocina, la mujer estaba preparando un guiso y se coloca a la espalda de ella, a un palmo del cogote y la grita:

LOLA

Y ella:

- ¡Que coño quieres, te he contestado ya tres veces, hombre! a ver si vas al otorrino de una vez.