No obstante, es muy usada la frase y a veces se pierde el sentido culinario y se extrapola a otros menesteres de cualquier tipo.
Aunque parezca increíble la frase viene de la antigua Roma cuándo Marco Licinio Craso cogió el último trozo de pollo, lo partió en pechuga, muslo y ala y dijo la frase ''Ubi edunt duo, tres quoque'' (Donde comen dos, comen tres).
Era una comida política entre Pompeyo, César y el citado Marco Licinio Craso. La frase se tradujo a más de una decena de idiomas y ha llegado intacta hasta nuestros días.
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