En esta maravillosa novela, hay un apartado y es el que se refiere a civilizaciones avanzadas que existieron en la Tierra en la antigüedad. La cuestión es que la arqueología actual va muy por detrás de las realidad de los descubrimientos y falta mucha imaginación para situarnos en un escenario más "realista o realismo fantástico" que es de lo que alerta la novela de Bergier y Pawels.
Misterios repartidos por todo el planeta: La Isla de Pascua, las Pirámides, Matchu Pichu, etc, restos en piedra de miles de años y de gran tamaño, dónde la historia y arqueología oficiales ven el fenómeno con naturalidad y atribuyen a sus nativos la realización de estas obras, cuando por contra "El retorno de los Brujos" nos hace ver una tecnología fantástica en estas construcciones que ponen en duda que con nuestras herramientas actuales, podamos construirlas, es más nos abren la mente a que pensemos que civilizaciones muy avanzadas que se extinguieron o se marcharon de la Tierra fueron los autores materiales de estas obras megalíticas.
Bergier y Pawels nos adentran en este mundo enigmático, lleno de preguntas como aquella famosa de: ¿cómo nosotros, con nuestra tecnología actual informaríamos de nuestra existencia a las futuras generaciones, sabiendo que un cataclismo nos extinguirá? Partiendo de que los nuevos habitantes supervivientes que nos sustituyan, comenzarían de cero pasando, de la Edad de Piedra al Bronce, a los metales a la agricultura, a la electricidad, ¿sabría un habitante del futuro, de unos 5.000 años posteriores a nosotros, saber leer una cinta magnetofónica de nuestro tiempo? ¿ O le daría una patada sin darle la más mínima importancia, al igual que haríamos nosotros si encontramos una piedra en el suelo, sin reparar de su procedencia o antiguedad?
Hay un ejemplo apasionante en Bolivia:
El Pumapunku es un montículo de tierra en terrazas que se se enfrentan con bloques enormes de casi 170 m de ancho a lo largo de su eje norte-sur y 115 metros de largo a lo largo de su eje este-oeste. En las esquinas noreste y sureste de la Pumapunku tiene 20 metros de ancho que se extienden proyecciones 28 metros al norte y al sur del montículo rectangular. El borde oriental del Pumapunku está ocupado por lo que se denomina "Plataforma lítica." La Plataforma lítica consiste en una terraza de piedra que es 7 por 39 metros de dimensión. No quiero marearos con números, pero es evidente que sus medidas, peso y, lo que es más importante, el encaje milimétrico de las enormes piedras, nos tienen que hacer pensar que alguien muy avanzado fue el autor, por mucho que la Arqueología Oficial siga viéndolo natural y obra de los habitantes de la época. Eso, pensando con lógica, está más cerca del manejo de herramientas con una tecnología superior a la que posee la humanidad en la actualidad.
El Pumapunku es un montículo de tierra en terrazas que se se enfrentan con bloques enormes de casi 170 m de ancho a lo largo de su eje norte-sur y 115 metros de largo a lo largo de su eje este-oeste. En las esquinas noreste y sureste de la Pumapunku tiene 20 metros de ancho que se extienden proyecciones 28 metros al norte y al sur del montículo rectangular. El borde oriental del Pumapunku está ocupado por lo que se denomina "Plataforma lítica." La Plataforma lítica consiste en una terraza de piedra que es 7 por 39 metros de dimensión. No quiero marearos con números, pero es evidente que sus medidas, peso y, lo que es más importante, el encaje milimétrico de las enormes piedras, nos tienen que hacer pensar que alguien muy avanzado fue el autor, por mucho que la Arqueología Oficial siga viéndolo natural y obra de los habitantes de la época. Eso, pensando con lógica, está más cerca del manejo de herramientas con una tecnología superior a la que posee la humanidad en la actualidad.
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