El droguero tenía una partida de limpiacristales en stock a los que tenía que dar salida. Habló con su aprendiz y le dijo:
- "A partir de hoy, a cada cliente que venga se le añadirá un limpiacristales a su compra; hay que emplear la inventiva; fíjate cómo lo voy a hacer con el primer cliente que venga".
Cuando llegó el primer cliente pidiendo un bote de pintura el droguero le sacó el bote de pintura y un limpiacristales.
-"Perdón, yo no pedí un limpiacristales".
- "Correcto, pero me he anticipado porque si usted va a pintar manchará cristales seguro, y le hará falta, hágame caso"
- "Vale, pues visto así me lo quedo".
Se marchó el droguero a hacer unas gestiones y quedó solo en la tienda el aprendiz. Entró una mujer pidiendo un paquete de compresas. El aprendiz le sacó el paque de compresas y un limpiacristales.
-"Perdón, yo no pedí un limpiacristales".
- "Correcto, pero me he anticipado porque si usted va a usar compresas es que está con la regla; si usted tiene la regla no podrá tener sexo, e inevitablemente se aburrirá y le dará por limpiar cristales seguro, y le hará falta, hágame caso".
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