Siguiendo con: "el realismo fantástico" que divulgaron Bergier y Pawels en su famosa novela, ahora os voy a mencionar lo que nos cuentan en el apartado de la Alquimia en el libro. Los autores hablan de Alquimia, no cómo una quimera de sueños de magos y cuentos populares, sino como base científica de futuros inventos que aprovechó la humanidad en épocas posteriores.
En la novela se alerta de que el contenido que se popularizó sobre la Alquimia, en todos los niveles sociales, es que la Alquimia era de origen esotérico y místico- religioso. Las leyendas populares, propagaban que los alquimistas buscaban “la piedra filosofal” para transmutar oro puro, o la vida eterna. No es menos cierto, que se propagaba la idea, claramente ligada a la Alquimia, de que: “El alquimista, tenía que purificarse, transmutando su propia alma antes de transmutar los metales y lo hacía mediante la oración y el ayuno”. Lógicamente, la ciencia oficial rechaza de plano, en cualquier época y más en la actual, estos postulados pero, lo verdaderamente importante, es que los conocimientos químicos y avances metalúrgicos en la antigüedad fueron más importantes en el antiguo Egipto, con sus pinturas, cremas y óleos, aún no superados, que en la Edad Media occidental. Y que la medicina tan avanzada de los Árabes en plena edad media, también provenía de estos conocimientos transmitidos por los alquimistas. Por lo tanto, no hay que echar en saco roto a toda al Alquimia, y si desbrozar el polvo de la paja.
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