El símil, recrimina a quienes eligen mal y se quedan con lo peor, rechazando lo mejor por no saber apreciar enteramente su valor.
Actualmente se usa mucho en el hablar cotidiano, y la gracia de la frase la hace más popular con el tiempo.
Su origen es oral y popular de siglos atrás, aunque ya en el Quijote Cervantes la reseña, con sorna.
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