El contexto literario es el amor y la promesa que se le hace al ser amado, pero se extrapola a otras facetas del devenir diario.
El símil viene a decirnos que las palabras y promesas están bien pero que "menos hablar y más cumplir con lo que se ha prometido".
Esta frase es muy usada en la actualidad y su origen escrito se remonta a "La Dorotea" de Cervantes.
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