Además de ser un gran artista transmitía sus valores porque cuando alguien es fundador o cofundador de un movimiento que recoge las inquietudes artísticas, literarias y culturales, es alguien que congrega a la élite cultural de una ciudad, o región. El Movimiento Indaliano, (que toma su nombre por el símbolo de Almería, el Indalo), fue eso, una lluvia en el desierto y una riqueza de formas, colores, luz y arte inigualable, que se dieron a la vez, en un momento del tiempo irrepetible.
Desgraciadamente, no continuó en el futuro porque las siguientes generaciones no tuvieron tanto ingenio, ni fueron tantos ni tan buenos, además de la falta de apoyo de las Instituciones de Post-guerra.
Pero el movimiento quedó registrado y Almería espera ese resurgir, para este siglo o para cuando sea, pero se sembró bien y hay muchos jóvenes sobradamente capacitados para intentarlo de nuevo ya que su legado permanece.
Sus obras destacadas, (podéis corregirme si se me salto alguna):
Pintura: Giorgo de Chirico, la degollación de los inocentes, la luz del Sur. (su catálogo es de más de 100 obras).
Escultura: Monumento a San Francisco Javier de Tokyo (Japón); Fuente de los Peces junto al Puerto de Almería en el Parque Nicolás Salmerón; Retablo de la Iglesia Ntra Sra del Rosario en Roquetas de Mar; Imagen de San Indalecio en la Catedral de Almería; el Sagrado Corazón de Jesús en el lugar más alto de la ciudad; Retablo de la Piedad en la Catedral de Almería; Imagen del Santo Cristo de la Escucha; San Juan Evangelista de la Hermandad de la Soledad.
Tertulias y tertulianos del Movimiento Indaliano: Celia Viñas; José Gómez Abad; Miguel Cantón Checa; Francisco Capuleto; Juan Cuadrado y muchos miembros destacados; eran los participantes de unas reuniones culturales muy ricas en aportaciones que redundaban en el progreso de la colectividad. Con todo ello, el Movimiento Indaliano se presentó de forma colectiva en el año 1947 en el Museo de Arte Moderno de Madrid.
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