El artista crea, inventa formas y utiliza aquellos materiales que tiene a mano.
Muchas veces la sofisticación viene de materiales comunes y sencillos, tales como la piedra y el hierro.
Un monumento urbano que no agrede el medio ambiente es el que muestro en la fotografía. En cualquier río seco o cualquier playa encontramos piedras de diversos tipos y tamaños que provienen del arrastre del agua y no le damos ningún valor, es más, lo vemos feo y carente de valor y ¿qué decir de esos hierros finos, oxidados, retorcidos, tampoco nos atraen lo más mínimo.
Pero si todos esos materiales se juntan en una obra que nos trasmita sentimiento gracias a un artista que ideó la composición, estamos ante una obra de arte, así de sencillo y a la vez tan difícil.
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