Realmente ni siquiera estas personas son del mismo sitio y ni suelen conocerse pero parece que el destino les uniese, de ahí la mención al mismísimo Dios.
El origen es español y de hace siglos. Hay escritos con frases muy similares: 'El codicioso y el tramposo, fácilmente se conciertan' (Covarrubias) e incluso Manuel Bretón, Benito Pérez Galdós, hacen uso de la frase.
Su uso es muy actual y la solemos emplear con asiduidad, aunque la mayoría de las veces en tono jocoso.
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