Esta frase hecha encierra una gran verdad en lo social, y es que muchas veces la percepción de los valores personales se camuflan en un halo de popularidad que ensalza al sujeto no mereciéndolo.
Muchas veces la suerte de una persona eclipsa a sus verdaderos méritos.
Por eso el refrán quiere advertir que debemos ser moderados ya que de pasarnos en virtualidad, que seguro es pasajera, viviríamos una falsa realidad, que a la postre nos perjudicaría.
Otros en cambio, le dan otro significado a la frase, y aconsejan causar buena impresión de entrada para caer en gracia.
El origen de la frase es popular y el juego de palabras 'gracia-gracioso' le ha hecho llegar a nuestros días en plenitud de uso.
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