El hijo pequeño de una familia adinerada, la cual creía en sus dotes musicales, envían al niño al Conservatorio más caro de Viena para que fuese, con el tiempo, un virtuoso del violín.
Después de cinco años, cuando el niño regresó a España, el padre pidió opinión a un amigo melómano y le llevó al hijo para que le escuchase tocar. Tras el mini concierto, el padre preguntó al amigo.
- ¿Qué te parece la ejecución?
- Hombre, creo que sería un poco fuerte y excesivo, con dos guantazos bien pegados, sería suficiente.
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