Obviamente, la persona que nos prometió algo se ha echado para atrás y ya no desea cumplir con lo pactado.
Evidentemente, su rima corta y el juego de palabras"digo, digo, Diego" le dan un acento graciosos y popular, lo que la hizo famosa en el Siglo de Oro, ya que fue empleada desde entonces en representaciones teatrales y en siglos posteriores en artículos de prensa y todo tipo de publicaciones.
Sigue de actualidad en nuestros días.
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