El símil es muy acertado ya que al no verlo, desconoces la magnitud y no sufres el daño.
Al mezclar dos órganos muy sensitivos: "vista" y "corazón" (como símbolo que más refleja los sentimientos), la frase, alcanza una gran aceptación.
El origen, es castellano muy antiguo y se cree que ya se usaba, incluso antes de la utilización de la imprenta. Es muy usado en la actualidad, en toda el ámbito de la lengua española.
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