EL EXTINTO OFICIO DE CARBONERO

El Carbonero, fotografía de 1870. Iba por la calle repartiendo el carbón que pesaba con una balanza de mano. Por entonces, las cocinas de las casas y los braseros eran, en su mayoría de carbón o de leña.

Con troncos del bosque y la madera de la limpieza de los montes, nació este oficio que, fundamentalmente por la tecnología, dejó de existir.
La madera de la poda y troncos, etc. se troceaban y se apilaban de forma circular dejando de base los trozos de madera más grandes.
Se elaboraba el carbón vegetal desde el verano y en pleno campo, mas tarde había hornos en las ciudades, debido a la demanda de las casas particulares y de las haciendas.
Se construía un horno, en pleno campo en el que se apisonaba el suelo y se impedía de todas las formas que ardiera la leña, el objetivo era que 'se cociera' y por lo tanto se impedía la entrada de aire para que no se produjese la combustión.
El horno se cubría con una capa de paja y tierra que servían de aislante y tenía un agujero en la parte superior desde dónde debía ser vigilado durante casi un mes. Por el color del humo se sabía la bondad de esa producción.
El objetivo era que no se apagara y se hacían agujeros en la estructura para regular la entrada de aire, o bien echándole cubos de agua en determinados momentos. El carbón vegetal producido era más o menos la quinta parte de la madera empleada.