En primer lugar hay que ser conscientes de cómo es nuestro aparato auditivo y cual es su estructura. Esto te lo adelanto ya, es muy frágil.
Si lo analizamos de fuera hacia el interior de nuestra cabeza, os diré que tenemos en primer lugar el pabellón auditivo con la oreja, propiamente dicha.
Sigue el conducto auditivo y acaba en la membrana. Después, más hacia el interior, están lo que son los huesos propios.
Centrémonos en el "conducto auditivo" que está recubierto de una piel fina y frágil que se sujeta directamente el el hueso. Ni que decir tiene la importancia de no dañarlo ni tan siquiera arañarlo.
Centrémonos también en la membrana que es un tejido fino, tan fino y tenso que es transparente y vibra.. ahí es nada lo delicado que resulta. El cuidado debe ser excepcional porque no hay repuesto.
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