Uno es que nos podamos aburrir de comer o tener siempre lo mismo y deseemos alternar con otro producto, y se aplica incluso a un mujeriego al que le guste cambiar de novia, por decirlo así.
Otro, es que nos estén engañando y cuando compramos un producto que se supone excelente nos lo den mezclado con otro muy parecido pero de peor calidad.
El origen es medieval y rural. Las cosechas del campo originaban frases que, por tener mucha verdad, se hacían famosas entre los aldeanos e incluso traspasaba fronteras.
La frase se cita en obras de nuestra literatura del siglo de Oro, como: la Celestina y La lozana andaluza.
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