1ª Parte:
Bernardo Campos Rambaud, rico hacendado e importante industrial almeriense, accionista de numerosas minas, llegó a ser alcalde de Almería en 1841 y diputado en el periodo 1865-66; en la capital era dueño de numerosas propiedades en la Puerta de Purchena, donde se situaba la Posada de los Álamos (finca donde hoy está la Casa de las Mariposas) y de terrenos que llegaban hasta la Plaza de Santa Rita. Al Paseo le nombraron durante tiempo Paseo de los Campos, hasta que cambiaron el nombre por Paseo del Príncipe. Estaba casado con Ana Medina Ximenez, también rica propietaria, hija de Rafael Medina Laffite, a la que quiso regalarle un hermoso palacete en la vega del Andarax, en agradecimiento a los años felices que disfrutaron juntos y por los hijos que le había dado.
La construcción realizada en sillares de piedra y enlucido de yeso, fue proyectada por Trinidad Cuartara Cassinello, en 1868 en la barriada de El Chuche de Benahadux, rodeado de naranjos que ofrecían sus perfumes a azahar a los felices dueños. La finca tenía 65 hectáreas y una fuente con la que se regaban además de los mencionados naranjos, perales, higueras y cereales.
Esta casa fue edificada como una villa de recreo, a la que, debido a la Gloriosa Revolución cuando echaron del trono a Isabel II, tardaron diez años en añadirle a ambos lados dos torres circulares, por lo que pasó a llamarse la Casa de las Dos Torres. Presenta una estructura donde en la planta baja a la izquierda se encuentran los almacenes para la uva al principio, y en 1.960, para la naranja; almacenes para conservar los productos de matanza, granero, zona para aperos de labranza y cuadra. Todo administrado por el capataz Indalecio Berenguel, cuya vivienda estaba a la derecha. Al edificio se entraba por una gran puerta de clavos.
La planta alta estaba destinada a la vivienda del propietario con estilo burgués, donde en la parte principal estaban las habitaciones nobles: de lectura, salón, dormitorios, y en la trasera las de servicio y costura. En la parte alta de las dos torres, a las que se accedía por una escalera de caracol, existía un palomar. Su superficie era de más de 700 metros en los que se incluía una gran galería para carruajes.
Bernardo Campos Rambaud, rico hacendado e importante industrial almeriense, accionista de numerosas minas, llegó a ser alcalde de Almería en 1841 y diputado en el periodo 1865-66; en la capital era dueño de numerosas propiedades en la Puerta de Purchena, donde se situaba la Posada de los Álamos (finca donde hoy está la Casa de las Mariposas) y de terrenos que llegaban hasta la Plaza de Santa Rita. Al Paseo le nombraron durante tiempo Paseo de los Campos, hasta que cambiaron el nombre por Paseo del Príncipe. Estaba casado con Ana Medina Ximenez, también rica propietaria, hija de Rafael Medina Laffite, a la que quiso regalarle un hermoso palacete en la vega del Andarax, en agradecimiento a los años felices que disfrutaron juntos y por los hijos que le había dado.
La construcción realizada en sillares de piedra y enlucido de yeso, fue proyectada por Trinidad Cuartara Cassinello, en 1868 en la barriada de El Chuche de Benahadux, rodeado de naranjos que ofrecían sus perfumes a azahar a los felices dueños. La finca tenía 65 hectáreas y una fuente con la que se regaban además de los mencionados naranjos, perales, higueras y cereales.
Esta casa fue edificada como una villa de recreo, a la que, debido a la Gloriosa Revolución cuando echaron del trono a Isabel II, tardaron diez años en añadirle a ambos lados dos torres circulares, por lo que pasó a llamarse la Casa de las Dos Torres. Presenta una estructura donde en la planta baja a la izquierda se encuentran los almacenes para la uva al principio, y en 1.960, para la naranja; almacenes para conservar los productos de matanza, granero, zona para aperos de labranza y cuadra. Todo administrado por el capataz Indalecio Berenguel, cuya vivienda estaba a la derecha. Al edificio se entraba por una gran puerta de clavos.
La planta alta estaba destinada a la vivienda del propietario con estilo burgués, donde en la parte principal estaban las habitaciones nobles: de lectura, salón, dormitorios, y en la trasera las de servicio y costura. En la parte alta de las dos torres, a las que se accedía por una escalera de caracol, existía un palomar. Su superficie era de más de 700 metros en los que se incluía una gran galería para carruajes.
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