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Fotografía de Hugo Sanort - Pincha una vez en la imagen si deseas ampliarla. |
El Siglo XVI en Almería transcurre en una sociedad inmersa en una época dónde lo religioso impera por todas partes y no es una exclusividad de la ciudad, sino que era el signo de la época. Por eso, vamos a ir desgranando acontecimientos relativos a este período de tiempo.
El santoral en Almería es rico en leyendas, San Indalecio es el patrón de Almería y sus restos vinieron a descansar a la ciudad después de siglos en la abadía de San Juan de la Peña, en Huesca, en pleno Pirineos Aragoneses. San Indalecio fue uno de los Siete Varones Apostólicos, evangelizadores de Andalucía, quienes, según viejas tradiciones recogidas en escritos mozárabes, acompañaron a Santiago el Mayor en la evangelización del sur de España a mediados del s.I d.C. Entre ellos estaban también Tesifón, Torcuato, Segundo, Hesiquio, Cecilio y Eufrasio; todos ellos fueron obispos de poblaciones del S y SE español (entre ellas Berja y Abla) antes de la ocupación musulmana.
Pero quizá lo más interesante fueron las afirmaciones que sobre ellos se encontraron inscritas en los famosos plomos del Sacromonte, documentos inscritos en ese metal y descubiertos en la abadía granadina en el s. XVI. En ellos se afirma, en un intento sincrético por parte de pensadores moriscos de unir Islam y cristiandad, que todos ellos eran de origen árabe. Así, Indalecio se habría llamado, antes de su latinización, Ibn Al Mugira. Otro santo presente en Almería es San Valentín cuyos restos se creen ocultos en algún lugar de la catedral, si bien este honor le es disputado por la iglesia de San Antón, en Madrid y la abadía de Terni, en Italia, ¡vaya usted a saber!, podría hasta ser una 'leyenda urbana' que sigue contándose desde entonces.
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