Un hombre conduce su vehículo cuesta abajo, por una carretera de un carril por sentido. De repente por el otro carril aparece otro coche en sentido contrario conducido por una mujer a mucha más velocidad que él, al cruzarse, ella, baja el cristal de su ventanilla y le grita: ¡PUUEEERRCCOOOO!
El hombre no pierde ocasión, se siente agredido y le grita: ¡GUUAARRRAAA!
Pero el hombre, al doblar la curva, se estrella con un gran puerco que estaba en medio de la carretera.
Moraleja: Los hombres nunca logran comprender lo que las mujeres tratan de decirles.
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