Es un consejo, en definitiva, de saber posicionarse en la vida. El símil, es brutal por su lógica, ya que un buen árbol en verano es muy apreciado por su sombra.
El origen popular se pierde en el tiempo, y aparece escrito en el Quijote con una frase muy similar, pero con el mismo sentido.
Es una frase de actualidad, muy popular, que ha llegado a nuestros días con absoluta vigencia.
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