Un aprendiz de monje budista, es aquel que llevado al templo por su familia, lo dejan al cuidado de los lamas para su educación espiritual. Previamente, ese niño es reconocido como la reencarnación de otro monje o Lama anterior ya fallecido. Tras varias etapas o fases y, siempre por la metodología de la meditación, el iniciado, llega a ver la vida y el mundo de otra manera muy diferente, a como la vemos, nosotros los occidentales. No es mejor, ni peor, sino muy diferente. La escala de valores es tan distinta que, nos sumergiremos en un mundo nuevo, en caso de leer estos libros. No pido que nadie crea en nada, sino simplemente, que abramos la mente, por un instante, para comprender otra filosofía espiritual. Añadir que esto son creencias, pero la Mecánica Cuántica son ciencias y se parecen tanto y sabemos tan poco.... La naturaleza del Hombre, según los Lamas.
(lo que interpreté de mi lectura de "la Caverna de los Antepasados")
El Lama, explica al iniciado su visión sobre el mundo. Si alguien ha estudiado física cuántica le sonará, ¿coincidente, verdad?:
''El mundo lo forman una masa de vibraciones. Toda la vida y todo lo imaginado tiene su origen en esas vibraciones. Hasta los Himalayas, son un conjunto de partículas aisladas en el espacio que no pueden llegar a tocarse unas a otras. El mundo, el Universo, está compuesto por esas diminutas partículas en torno a las cuales dan vuelta sin cesar otras partículas semejantes. Todo cuanto existe está compuesto de torbellinos de mundos que giran unos en torno a otros, de la misma manera que el Sol está circundado de mundos que, siempre a la misma distancia, sin llegar a tocarse nunca, giran alrededor de él. Los espíritus que las personas videntes, ven en cualquier parte, son personas, personas vivas, que han abandonado este mundo, pasando a un estado en el que sus moléculas se mantienen tan ampliamente separadas que el «espíritu» puede atravesar el muro más compacto sin rozar una sola molécula de las que componen la materia. Cada molécula, cada partícula de este sistema «solar y planetario» está cargada de electricidad, de una electricidad distinta a la que el Hombre es capaz de producir con sus máquinas, de una electricidad más sutil. Es la electricidad que, algunas noches, podemos observar en el cielo. De la misma manera que la Tierra tiene las Luces Septentrionales o Auroras Boreales, temblando en los Polos, la menor partícula de materia tiene sus «Luces Septentrionales». Si un espíritu se acerca demasiado a nosotros, produce un leve temblor en nuestra aura psíquica y ésa es la causa de que sintamos desasosiego. No puede haber electricidad sin vibración, sin movimiento! Puesto que es el «movimiento» el que genera la electricidad y ambos están íntimamente vinculados''.
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