Muchas veces te encuentras con personas de gran valor humano y realmente no te das cuenta hasta que pasa el tiempo y recuerdas sus méritos. Otras tantas veces, valoras más o menos de lo real a esas personas, pero, no te engañes, si pasado un tiempo recuerdas a esa persona con agrado, es que ha sido cierto, esa persona era una de aquellas de las que aprendes, sobre todo bondad y humanidad.
Esta historia se resume así:
En mis años profesionales, visitaba a un cliente en el centro de Valencia y debía hacerlo a primera hora, solía ir una vez cada mes y cuando entraba en el edificio, siempre me encontraba con la portera, una mujer enjuta, sonriente y agradable, de estas que aunque pisaras el suelo si estaba fregando, no se incomodaba y volvía a pasar la mocha con una sonrisa y aceptando tus disculpas.
Cuando llegaba puntual a mi cita, como siempre, (y no me echo flores, soy una persona muy puntual), el Sr. Cuenca (llamémosle así), me recibía en ropa muy cómoda (una especie de Kimono japonés), suponía yo que acababa de desayunar y aún no había comenzado la jornada, siempre me lo imaginaba por su cargo, 'Director General' con traje y corbata pero esta vez no fue así, ya que cuando acabó la reunión conmigo, recibió a sus colaboradores (jamás les llamaba empleados ni trabajadores) y como era evidente, los recibió de esa guisa.
Personaje peculiar el que tenía delante y la curiosidad me fue pudiendo con el tiempo, tanto que anhelaba volver a reunirme con él.
En una ocasión y de una manera casual me enteré por él de que tenía cuatro hijos y cuando le comenté los dos que tenía yo, salió el tema de la educación a debate. Y es que nunca se educa bien o mal, se educa o no se educa; pero antes de nada ¿Qué es la educación?, es la preparación para la vida del individuo en todos los aspectos, sentimental, cultural, profesional, relaciones humanas, etc, etc y muchas cosas más, preparación y más preparación.
En mi caso, como le dije al Sr. Cuenca, mi mujer fue la gran educadora la que hizo esa gran labor, que no nos engañemos, es de los padres y no de la escuela, ni de los profesores y al final, tras muchos debates matrimoniales no siempre favorables para mí, procuraba no impedir su trabajo, reforzarlo y, sobre todo, no molestarla.
Aquí lo dejo, no me gustan las lecturas largas en las pantallas, no se si aburren pero cansan un montón, así que... continuará
Personaje peculiar el que tenía delante y la curiosidad me fue pudiendo con el tiempo, tanto que anhelaba volver a reunirme con él.
En una ocasión y de una manera casual me enteré por él de que tenía cuatro hijos y cuando le comenté los dos que tenía yo, salió el tema de la educación a debate. Y es que nunca se educa bien o mal, se educa o no se educa; pero antes de nada ¿Qué es la educación?, es la preparación para la vida del individuo en todos los aspectos, sentimental, cultural, profesional, relaciones humanas, etc, etc y muchas cosas más, preparación y más preparación.
En mi caso, como le dije al Sr. Cuenca, mi mujer fue la gran educadora la que hizo esa gran labor, que no nos engañemos, es de los padres y no de la escuela, ni de los profesores y al final, tras muchos debates matrimoniales no siempre favorables para mí, procuraba no impedir su trabajo, reforzarlo y, sobre todo, no molestarla.
Aquí lo dejo, no me gustan las lecturas largas en las pantallas, no se si aburren pero cansan un montón, así que... continuará
No hay comentarios:
Publicar un comentario