EL CEMENTO
Llegué aquel día a la obracansado del día anterior.como buen trabajadoral que el trabajo le sobraPero mira tu por dondellegaba en ese momentoel camión del cementoy a descargar correspondeSin saber por que pasósolo pusieron a dosa mi compadre Amadory a mi también me tocóY nos dijo el encargadotemiendo por si llovíaque al almacén, resguardadoquedara la mercancíaAsí es que yo y mi compadretuvimos que apechugardoscientos sacos al lomosin tiempo "pa" respirarY cuando ya se veíael culo del camiónotro mas se presentóy que a lo mismo venia.Seguimos tranquilamentelo nuestro era trabajar,para eso suele pagarel jefe, que es buena gente.Pero es un día que hace huellaun día de aquellos que quieresla igualdad "pa" las mujeresque tanto hablan de ella.Al terminar la jornaday como otro día cualquiera,no se ni la hora que erapero era bien avanzada.No obstante, en el caminonos paramos un momento,no hay mejor cosa al cementoque dos vasillos de vino.Pero eso si, solo dos,pues harto de trabajarqueríamos ya descansartanto yo, como Amador.Pero mira lo que pasay esta es la intención del cuentoeste es, mi descontentoque cuando llegué a mi casa...Serán cosas del destino,al mismo entrar por la puertami mujer, que estaba alerta- me dijo- ¡Hueles a vino!Y con la paz, que da el Cielo,al hombre que está cansadoy busca en él su consuelo.- le dije yo, muy calmado-Huéleme aquí en las costillase intenta por un momento¿A ver... si entre otras cosillas,también oliera a cemento?
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