Una madre, en tiempo de vacaciones del colegio, se encuentra sobrepasada por sus dos hijos en casa y que son muy traviesos, uno de 9 y el otro de 11 años respectivamente.
Casualmente llegó al barrio un sacerdote fornido, pelirrojo, con voz grave y atronadora y muy alto, este hombre se ofrece a educarlos y bajarles la hiperactividad, llegó a suponer que enseñándoles el catecismo los apaciguaría.
La madre los llevó a la iglesia y el cura separa a los hermanos para ver que conocimientos tenían de religión, al primero lo mete en la sacristía y le pregunta con voz grave y fuerte, ¿Dónde está Dios?, el niño contesta 'No lo sé'; siguió preguntándole durante varios minutos para que pensara el chaval y se tomó un descanso y le dijo 'voy a por tú hermano vételo pensando', el niño de la sacristía vio la ventana abierta y se escapa y vuelve a su casa. Cuando llega a casa, sudado, llorando y con cara de susto le pregunta la madre. ¿Y tu hermano, qué ha pasado, por qué vienes así?
- Esta vez la hemos hecho muy gorda mami, al parecer han secuestrado al mismísimo Dios y el cura se cree que hemos sido nosotros.
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