Evidentemente, se vuelven las tornas y la frase hecha aconseja prudencia, ya que nada es tan fácil como "ir a por lana" y que te la den gratis.
E incluso la frase contempla la paradoja de que vayamos a un sitio a vender algo que nos sobra u estorba, y volvamos con ello y además nos vendan algo.
El origen es castellano puro y existen varias referencias en el Quijote y diversos escritos del Siglo de Oro.
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