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martes, 15 de diciembre de 2015

NI HABLAR DEL PELUQUÍN

Al usar la "frase hecha": Ni hablar del peluquín, queremos decir "silencio absoluto", no decir nada, no decir palabra, o simplemente, nos negamos tajantemente a lo que se nos solicita.
El símil, hoy en día no se entiende, ya que la inmensa mayoría de los hombres no usan peluquín porque cuando se quedan calvos, se suelen afeitar completamente la cabeza, sin complejo alguno de calvicie y, de forma automática "cambian el look".
Pero hace dos siglos, la coquetería masculina solía disimular su falta de cuero cabelludo en algunas zonas de su cabeza, con una pequeña peluca, que sólo cubriese esa parte, a la sazón: "el peluqín".
ORIGEN: Aparece ya la expresión, en escritos en el siglo XIX, pero Eduardo García Maroto fue el culpable de popularizarla por una canción, cantada por Juanita Reina en 1942, titulada "Canelita en rama" la canción comienza así:
La cabeza como un huevo
tenía don Valentín

-¡ay mi don Valentín!,

¡ay mi don Valentín!-
y se ha puesto como nuevo
comprándose un peluquín.
El día que lo ha estrenao
a una niña se declara;
y ella dice que ha notao
que tiene una cosa rara.
La madre dice: ¡hija mía!,
como viene con buen fin,
andando a la sacristía
¡y ni hablar del peluquín!
Espero y deseo, os haya quedado muy claro el origen de esta expresión, porque la mayoría de estas frases antiguas, con los años y el cambio de costumbres, pierden actualidad por no ser entendibles y se siguen diciendo de forma automática.

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