Hasta hace poco más de una centena de años ''en España nunca se ponía el sol''. Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Guam… tos estos territorios se vendieron por 20 millones de dólares a EE.UU.,mediante un tratado firmado en París, entonces «capital del mundo».
La reflexión es compleja, pero las necesidades de regularizar un déficit comercial, (o al menos, eso decían), o de haber perdido la Guerra de Cuba y obtener una compensación para no prolongar la guerra a otras colonias, hicieron que en ese momento, que España, soberanamente optara por esa opción económica de venta, que en teoría, debía favorecernos, o al menos tapar el agujero moral y deprimente de ese momento histórico.
Dicho de otra manera, nos ''vendimos por un plato de lentejas'', o puede que de no haberlo hecho, hubiésemos perdido igual esos territorios tal lejanos y el daño hubiese sido aún mayor.
¡Vaya usted a saber! Pero, yo tengo mi reflexión propia, el dolor, la tristeza, la desesperación de todo un País fue colectiva y tuvo sus consecuencias y pienso, que este ambiente dio lugar a un complejo de inferioridad que aún persiste.
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