Esta "frase hecha" refleja una situación real de la sociedad en cualquier época y se refiere, concretamente, a la diversidad y los diferentes comportamientos de las personas.
La variedad y formas de ser tan distintas de los seres humanos, a veces nos viene por sorpresa, ya que suponemos que una persona es de una forma y en la realidad, resulta ser de otra.
El origen de esta frase es bíblico y religioso y explica de forma docente esta realidad social universal, que no impide una unión religiosa. Se emplea esta frase, de esta misma forma o similar, en casi todos los idiomas del Mundo.
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