Curiosamente esta "frase hecha" se ha transformado en algo muy diferente en nuestros días y se le ha cambiado el sentido radicalmente.
Hay que hacer constar que, en la actualidad, la "luna de Valencia" es elogiada como algo romántico, sublime, nos imaginamos una Luna llena, brillante, grande.
Pero no, el dicho: "quedarse a la luna de Valencia", es quedarse literalmente colgado, plantado y significa que se vienen abajo todos los planes que teníamos previsto.
El dicho viene de hace cuatro siglos, cuando se cerraba el puerto a los barcos a determinada alta hora de la noche, y los barcos que no llegaban a tiempo no podían entrar ni amarrar, hasta que se abriese el puerto al día siguiente.
El significado literal es que el barco quedaba irremediablemente al pairo, literalmente, a la luna de Valencia.
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